martes, 31 de marzo de 2009

Educación en la sociedad japonesa
La cultura japonesa (y sus tradiciones) suelen superponer las expectativas, metas y objetivos de la sociedad misma antes que los de los individuos. La escolarización también pone énfasis en la diligencia, la auto-crítica y la buena organización en los hábitos de estudio de los estudiantes. Existe una creencia generalizada de que la perseverancia y el trabajo duro llevarán al éxito en la vida. La mayoría de las escuelas públicas están evocadas parcial o totalmente a la enseñanza de valores morales, actitudes y en el desarrollo de la personalidad-carácter, con la esperanza de formar a una sociedad tanto en valores como en educación que cumplan con las expectativas de los valores tradicionales japoneses y acaben con el
analfabetismo.

Al mismo tiempo, las proezas de la educación de la sociedad nipona está muy por encima de los estándares internacionales.
Los estudiantes japoneses constantemente están superando y aumentando posiciones en los rankings mundiales, y se encuentran cercanos a los primeros puestos en la mayoría de los exámenes
matemáticos en los que participan.

El sistema educacional nipón se caracteriza por una fuerte matriculación de alumnos y de su continuidad a lo largo del mismo.
Un examen inicial, especialmente durante el nivel universitario, obliga a los estudiantes a contar con mayores conocimientos que antes para poder superarlos.
La estructura educacional japonesa no solo consta exclusivamente con colegios de tipo público financiados por el gobierno, la educación privada también forma una parte importante de este sistema, y no deben ser tomadas a menos, ya que las universidades privadas (que cuentan con un nivel de exigencia académico menor) agrupa a la mayoría de estudiantes de este nivel educativo.
Una gran parte de los niños empiezan su educación asistiendo a jardines pre-escolares, a pesar de que éstos no son parte del sistema educativo oficial.
Este sistema, por su parte, provee una educación de alto nivel académico y gratuita a los niños de entre 6 a 15 años.
Las escuelas de nivel secundario, que agrupan a estudiantes desde los 15 a los 18 años, suelen contar con el 94% de los estudiantes que completaron previamente el nivel primario, a pesar de no ser este nivel obligatorio.
Cerca un tercio de todos los graduados en el sistema educativo secundario japonés entran al nivel terciario, para obtener algún título universitario, o bien a otras instituciones para complementar su educación.
Tradicionalmente Japón supo contar con un sistema educativo de alto nivel y rendimiento, acorde a sus estándares sociales, los cuales impulsaron a este sistema a proporcionar una alta exigencia a sus alumnos, pero también a lograr que éstos salieran adelante con gran éxito. En la actualidad, la situación ha cambiado, ahora las escuelas, universidades y otros centros educativos (tanto públicos como privados) compiten por atraer a los jóvenes (que debido a la escasa tasa de natalidad del país escasean), teniendo que bajar, para lograr sus objetivos y seguir funcionando, las exigencias y los niveles de sus exámenes de ingreso.
Las aulas se encuentran vacías si se compara al número de estudiantes con la capacidad que éstas tienen. En los centros de educación públicos, escuelas que fueron construidas para albergar a 1.000 estudiantes, algunas veces no llegan a tener ni un tercio de ese número. Desafortunadamente, esto no se compara a los tamaños de las aulas, las cuales suelen acomodar normalmente a entre 35 a 45 estudiantes cada una.

martes, 17 de marzo de 2009

KATANA


La katana es un sable japonés (daitō), aunque en Japón esta palabra es usada genéricamente para englobar a todos los sables. "Katana" es el kunyomi (lectura japonesa) del kanji 刀; el onyomi (lectura china) es "tō" (pronunciado /to:/).
Se refiere a un tipo particular de sable de filo único, curvado, tradicionalmente utilizado por los
samuráis. Su tamaño más frecuente ronda el metro de longitud y el kilo de peso.
El tipo de Katana más difundido en la actualidad es el conocido como "
Oda Nobunaga", en alusión al shogún creador de dicho modelo, de hoja curva y alrededor de un metro de longitud total.


LES PRESENTO UNA VARIEDAD DE IMAGENES PARA QUE DISFRUTEN DE ESTOS SABLES JAPONESES.















sábado, 14 de marzo de 2009


TERRITORIO Y RECURSOS


Ríos y lagos




Aunque Japón tiene abundantes cursos de agua —prácticamente cada valle tiene una corriente de agua— no hay grandes ríos navegables; los existentes varían en tamaño desde los arroyos esporádicos durante el deshielo de primavera o la estación lluviosa de verano a las pequeñas corrientes que se mantienen incluso durante la estación seca. La sucesiones de rápidos y caídas son tan comunes que sólo los barcos con un calado muy somero pueden navegar por los ríos. El río más largo de Japón es el Shinano, en Honshū, con 367 km; otros ríos destacados de esta isla son el Tone, el Kitakami, el Tenryu y el Mogami. Entre los ríos más importantes de Hokkaidō se encuentran el Ishikari (el segundo río más largo de Japón), el Teshio y el Tokachi. El Yoshino es el río más largo de Shikoku. Los abundantes lagos japoneses son notables por su belleza; algunos se localizan en los valles fluviales, pero la mayoría son lagos de montaña y muchos son áreas turísticas durante el verano. El mayor lago de Japón, que cubre unos 685 km2, es el Biwa, en Honshū.

Clima
Las islas japonesas ocupan una franja de 17º de latitud, y sus condiciones climáticas varían mucho. Las temperaturas tienen un promedio que oscila desde unos 5 ºC en Nemuro (Hokkaidō) hasta unos 16 ºC en Okinawa. Hokkaidō y el sector meridional de Honshū se caracterizan por veranos cortos e inviernos largos y fríos debido en gran parte a los vientos noroccidentales procedentes de Siberia y la corriente fría de Ojotsk (u Oya Shivo), que fluye hacia el sur en el mar del Japón (mar Oriental). Hacia el sur y el este de esta región la influencia de la corriente cálida de Kuro-Shivo modera los inviernos. En Shikoku, Kyūshū y en el sur de Honshū los veranos son cálidos y húmedos, casi subtropicales, y los inviernos son templados con pocas nevadas. Japón se encuentra en el camino de los monzones surorientales, que aportan bastante de la humedad en verano. Las precipitaciones anuales varían desde unos 1.015 mm en Hokkaidō hasta 3.810 mm en las montañas del centro de Honshū. Desde junio hasta octubre tienen lugar ciclones tropicales, también llamados tifones: pueden causar graves daños, sobre todo a los barcos.


Flora y fauna

Hay muchos tipos de jardín japonés, desde los más austeros
de arena, piedras y musgo propios de los monasterios budistas hasta los refinados jardines palaciegos. Al margen de la extensión y la finalidad, en casi todos los jardines japoneses se usan piedras, arbustos, árboles y agua para sugerir o recrear el paisaje natural. En cuanto a plantas, son comunes las azaleas, los arces y los pinos.
Los veranos húmedos y cálidos son la causa de la gran variedad y exuberancia de la flora japonesa. Se pueden encontrar más de 17.000 especies de plantas con o sin flores, muchas de ellas muy cultivadas y muy populares, como los ciruelos blancos y rojos, los cerezos, azaleas, peonías, lotos y, en especial, los crisantemos, la flor nacional de Japón.Una especie común es el sugi, o cedro japonés, que puede alcanzar los 46 m de altura. Otras perennifolias notables son el alerce, la pícea y muchas variedades de abetos. En Kyūshū, Shikoku y el sur de Honshū crecen árboles subtropicales como el bambú, el árbol del alcanfor y el árbol de la cera, y se cultiva la planta del té. Los árboles del centro y del norte de Honshū son los típicos de la zona templada, como hayas, sauces, castaños y coníferas; el árbol de la laca y la morera se cultivan extensivamente y el ciprés, el tejo, el boj, el acebo y el mirto son abundantes. En Hokkaidō la vegetación es subártica y similar a la del sur de Siberia; la pícea, el alerce y el abeto meridional son los árboles más comunes, aunque hay ejemplares de alisos, álamos y hayas. Los frutales más comunes en Japón son los melocotoneros (durazneros), los perales y los naranjos.
Los japoneses practican un tipo único de jardinería paisajística, en el que reproducen en miniatura los paisajes naturales de forma estilizada. También cultivan árboles enanos, como el cerezo y el ciruelo que, mediante podas cuidadosas, mantienen una altura de unos 30 cm. Especialmente famosos son los bonsáis, plantas ornamentales sometidas a técnicas de cultivo que impiden su crecimiento mediante corte de raíces y poda de ramas.
En comparación con su flora exuberante, la fauna de Japón es más escasa aunque cuenta con al menos 140 especies de mamíferos, 450 especies de aves y una amplia variedad de reptiles, batracios y peces. El único primate mamífero es el mono de cara roja, el macaco japonés, que se encuentra en todo Honshū. Entre los carnívoros destacan el oso rojo, el oso negro y el oso pardo. Son frecuentes los zorros y tejones y otros animales con pelo, como el jabalí, la marta, el visón japonés, la nutria, la comadreja y distintas variedades de focas. Las liebres y los conejos y otros roedores como las ardillas, las ardillas voladoras, las ratas y los ratones son numerosos, aunque no hay ratones caseros. Hay muchas variedades de murciélagos; entre los insectívoros destacan el topo japonés y la musaraña. De las dos especies de ciervos la más común es el pequeño ciervo japonés, que tiene el pelo blanco moteado en el verano y pardo en invierno.
El gorrión, la golondrina casera y el tordo son las aves más comunes de Japón. Las aves acuáticas constituyen casi el 25% de las especies conocidas y aparecen especies como la grulla, la garza, el cisne, el pato, el cormorán, la cigüeña y el albatros. Las aves canoras son numerosas; el camachuelo y dos variedades de ruiseñores son los más conocidos. Otras aves comunes son el petirrojo, el cuco, el pájaro carpintero, el faisán y la paloma.